martes, 5 de junio de 2007

La mujer tras el éxito en el SIMCE

Guacolda Peña, Jefa de Unidad Técnica Pedagógica del Liceo Parroquial San Antonio

La mujer tras el éxito en el SIMCE

Con 322 puntos promedio entre Lenguaje y Matemática, el colegio viñamarino se convirtió en el mejor particular subvencionado mixto de la ciudad, y el 18º en la región. Feliz con el logro, la profe nos habla de la fórmula para el éxito, y de su labor a cargo de los lineamientos educativos del colegio. Por lo mismo, se muestra preocupada y critica duramente el proyecto de la Ley General de Educación “Es que no hay soluciones”, dice.

Por Pedro Martínez Muñoz

Lleva más de 35 años como profesora y dice que “le encanta hacer clases”, que ser jefa de UTP, es algo anexo. Es una mujer pequeña, de sonrisa fácil, pero de un carácter fuerte, cuando tiene que dejar en claro un punto. Guacolda Peña es humilde al reconocer que los buenos resultados del Liceo Parroquial San Antonio, se deben un trabajo en equipo, y no solo a su gestión. Sin embargo, desde que está en el cargo, el liceo ha obtenido el Premio a la Excelencia Académica en 3 ocasiones, y el Certificado de Gestión en la Calidad de la Educación, algo que sólo 22 colegios en Chile tienen.

Con su suave voz recalca constantemente que la calidad la han formado y aumentado gracias a los contenidos propios, ya insiste que los que entregan el ministerio “son insuficiente, si se quiere llegar a una educación de calidad”. Esta es la historia de una profesora que ama su trabajo, y que no tiene pelos en la lengua.

¿En qué momento supo que quería ser profesora?

- Yo creo que desde siempre fijaté…desde cabra chica… bueno, no he crecido mucho (ríe, debido a su baja estatura). Yo vivía en el campo, en Quillota, y me juntaba con un montón de niños, y yo siempre era la profesora. Y después cuando ya estaba en el colegio, me gustaba mucho el área científica, y entré al Pedagógico, me fue… saqué bastante buen puntaje, pero esto era lo mío. A mi me gusta lo que hago.



¿Cuándo llega a trabajar al Liceo San Antonio?

- Llegué el año 1987, contactada para ser la Jefa de la Unidad Técnica Pedagógica. Me contactaron por mi esposo, porque el ya estaba desde el año 1974 (Carlos Peñaloza, inspector de la enseñanza básica).

¿Fue difícil tomar un cargo de responsabilidad en un lugar nuevo?

- Sí, en un principio sí, porque a pesar de que yo conocía a muchas personas porque mi esposo trabajaba aquí. Me costó porque es llegar a un cargo donde tú dependes de la confianza directa del rector, y yo a él lo había visto pocas veces, pero aquí estoy todavía. Al parecer les ha gustado mi trabajo, porque después cunado el colegio fue creciendo, me dieron más responsabilidades, porque yo estaba en la UTP de la básica y de la media, hasta que me quedé con la media, porque tenía que andar corriendo de 11 norte a Gómez Carreño.

Los consejos de la profe

Sin “dar cátedra” sobre el tema, la profesora Guacolda señala la importancia del apoyo de los padres y apoderados en el proceso educativo. Y con un henchido pecho me muestra los frutos de ese método, al poner en su computador, las diapositivas que muestran los excelentes resultados del colegio en el SIMCE: 311 puntos en Lengua Castellana y 337 en Matemáticas.

¿Cuál fue su primera reacción al conocer los resultados?

Bueno, de alegría, porque el SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación) es una prueba nacional, pero nosotros no seleccionamos la gente que va, como ocurre en otros colegios. No, acá nos rindieron 129 alumnos la prueba, o sea cursos completos y yo te digo que si tu ves superamos por mucho la media nacional, que es de 254 y 256.

¿Cuál es el principal mérito de esto?

Porque esto es bueno creo yo, porque es muy grande el universo de alumnos. Hay colegios que tienen 2 cursos, y es más fácil obtener mejores resultados. Hay colegios que tienen 25 y 40 alumnos en total…

No deja de extrañarme que un colegio que cobra 17 mil pesos de mensualidad – como ustedes- obtenga el mismo puntaje que el colegio Mackay- 322 puntos promedio-, que cobra 172 mil pesos ¿Cuál es la receta para lograr tan buenos resultados, con menos dinero?

El trabajo y la dedicación especial, porque no es todo dinero. La preparación que se va dando en el día a día, no dejar todo para el final, cuando se viene la PSU encima, y también los chiquillos, si también es el trabajo de ellos. Y los profesores…hay un trabajo en equipo en cada departamento.

¿Qué opinión le merece el proyecto de la Ley general de Educación?

Mira, yo creo que hay cosas que evidentemente hay que arreglar, pero habría que plantearlo de otra manera. Porque hay cosas que claro, o sea hay que evitar los colegios con fines de lucro, pero ojo, no se pueden echar a todos al mismo saco. Nosotros, por ejemplo, pagamos 17 mil pesos, entonces no se puede habla de lucro. Acá es súper claro, el lema de que tenemos un compromiso con los más necesitados, y le entregamos educación de calidad.

Usted, como responsable directa de quién y quién no entra la Liceo ¿Cree que debería continuar la selección de estudiantes en la enseñanza básica?

Lo que pasa es que debemos saber si la gente que postula, cumplen con los requisitos mínimos para mantenerse en el liceo.

Es contraria entonces a lo que presenta la ley…

¡Es que no hay soluciones! Te están diciendo “Haga un sorteo”. Entonces, olvidamos que el colegio y los apoderados se eligen mutuamente, y tiene derecho a hacerlo. Todos tienen derecho a estudiar también, pero deben adecuarse a los que uno les pide, que no es nada del otro mundo porque exigimos lo que pide el MINEDUC. Además nosotros tenemos programas propios que van más allá, y son esos programas los que nos han permitido tenerla calidad que tenemos. Los contenidos del ministerio son insuficientes, si se quiere llegar a una educación de calidad.


“Me gustaría enseñar mucho tiempo más”

Este anhelo de la profesora de Química del Liceo San Antonio, es absolutamente entendible. Ella ama su trabajo, le gusta entregar lo que sabe, y realmente no se ve haciendo otra cosa. No encuentra que haya otro trabajo que entregue tanto, y todos los días.

¿Cuáles son las más grande satisfacciones que ha vivido en esta profesión?

Cuando un alumno llega y me dice: “Profe, me titulé”. Y te dicen que se han acordado de ti, que conmigo han aprendido cosas, que en la universidad no les habían enseñado. Esa es una gran satisfacción, saber que lo que yo les he entregado, les ha servido.


¿Hasta qué momento le gustaría hacer clases?

Uff… ahí hay una pregunta difícil de contestar. Yo soy jefa de UTP, pero lo que yo hago es enseñar. A mi me encanta hacer clases. A pesar de que soy exigente, siento buena recepción de los alumnos. Me gustaría enseñar por mucho tiempo más, pero también retirarnos con Carlos, mi marido, a vivir al campo.

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